domingo, 7 de noviembre de 2010

La plaza maldita...

Aproximadamente a los dos meses de haberme mudado a Mty vandalearon mi coche; aunque supongo que intentaban algo más grave, pues solo lograron quitar el vidrio en forma de aleta que está en la puerta trasera, pero mi dispositivo de seguridad se activó justo a tiempo, para permitir el arrivo del ejército, el servicio secreto y el guardia de la plaza; los malechores, al parecer, desaparecieron a tiempo. En esa pinche plaza hay dos restaurantes, un supermercado de esos de membresía, y su versión sin membresía.

Después de aquella lamentable situación he regresado a la plaza, con la única técnica de ir por un café a uno de esos restaurantes (es infinito) para cachar Internet. Hoy fue uno de esos regresos. Fue incómodo notar que a la entrada acaban de poner "plumas", para cobrar el estacionamiento. Fui primero al supermercado sin membresía para comprar las frutas y la botana de la semana que me es tan necesaria en la oficina, y de ahí me dirigí al Internet. Más incómodo cuando la mesera me dijo que no tenían Internet y yo ya había pedido mi descafeinado, ni pedo. Estuve como una hora (quizá más) acomodando archivos en mi compu y pendejeando (y por cierto, me encontré unos videos divertidísimos).

A la salida de la plaza decidí dirigirme a la cafetería de confianza en búsqueda de Internet, llegué al coche y "lo vi raro", como que caído, e hice lo que casi nunca (darle un rol alrededor y ver qué pex). Oh sorpresa! Ponchada la llanta de atrás del chofer. Lo bueno que mi padre me enseñó bien cómo cambiar llantas; y a pesar de que al gato que tengo le hace falta un aditamento que se me perdió (era para hacer palanca más cómodamente), con un lapicero (que cabe mencionar, apenas hoy en la mañana guardé en la mochila) pude solucionar el desmadre. No sé cuánto tiempo tardé, pero creo que la cambié satisfactoriamente. Y no, no pienso regresar a esa pinche plaza de cagada, además van a cobrar el estacionamiento.

(Dos personas frente a mí en esta cafetería han agarrado su café 4 veces cada uno en los últimos 8 minutos para agitarlo y confirmar que ya están vacíos, qué memoria tan pinche tienen; y se ven jóvenes, como de 20 años).

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