domingo, 30 de octubre de 2011

Cada cabeza un mundo.

No sé por qué no había contado la siguiente experiencia, se me hace buenísima.

Sí, ok, ok, cada cabeza es un mundo, todo depende del cristal con que se mire, bla bla bla:

Iba caminando con dos amigas, platicábamos de cualquier cosa:
- Amiga1: [...] es que en invierno engordas [...]
- Amiga2: ¿En serio?
- Yo: (no dije algo)
- Amiga1: Sí.
- Amiga2: ¿Y eso por qué?
- Amiga1: Por la ropa que usas [...]
- Yo: (Otra vez no dije algo, solo puse cara de ¿¡WHAAT!?)
- Amiga1: [...] porque usas más ropa, más holgada y así, por el frío, entonces sigues comiendo porque no se nota que estás engordando. Y cuando hace calor, como tienes que usar shortsitos y así, pues si engordas se nota, por eso comes menos.
Yo: Chaaaale! Yo hubiera dicho otra cosa.
- Amiga1: A ver, ¿qué hubieras dicho?
- Yo: Sí tiene que ver con el frío, pero es porque el cuerpo detecta el frío y provoca que almacene más calorías para soportarlo; naturalmente almacenas más calorías y se puede reflejar en que engordes. De hecho, cuando hace calor, sudas con más facilidad, proceso natural, quemas más calorías...
- Amiga2: Yo hubiera dicho que es porque comes más pan cuando hace frío; ya sabes, un chocolatito caliente con pan y así.

Pocas veces tengo ejemplos muy claros de que no todos pensamos igual... Cómo de una misma situación cada quién piensa cosas distintas. ¿Y cuál es el factor determinante? ¿Que ellas son mujeres y yo soy hombre, o que ellas estudiaron licenciatura y yo ingeniería? (Pero aún así, ellas dos no pensaron lo mismo), ¿Que yo les llevo uno y dos años? Pues será el sereno, pero se me hizo una situación digna de contar.